Ingleses de Sudamérica

La cantidad de personas que uno conoce en los viajes es indirectamente proporcional a la número de amigos con los que uno viaja. Como en mis vacaciones fui solo a Las Torres del Paine, me transformé en Mr. Sociabilidad.

En una de esas largas caminatas conocí a dos belgas. Como eran de la parte flamenca, y considerando que les conviene aprender los otros idiomas oficiales de su país (francés y alemán), me pareció extraño que hablaran un inglés tan fluido. Quizá se trataría de traductores o de expertos en literatura inglesa… pero no. Uno era un vendedor de partes de autos, y el otro era un encargado de coordinar servicios de transportes. ¡Dos tipos de profesionales que probablemente en Chile no hablarían inglés, y mucho menos tan correctamente! Incluso una extranjera me dijo que en Chile la gente que decía que hablaba inglés, no lo hacía.

Después de esos chascarros recordé que dentro de las 36 medidas para los 100 primeros días de Bachelet se encontraba una que decía “exigiremos que todos los que se preparan para ser profesores de inglés cursen un semestre de su carrera en un país de habla inglesa, con financiamiento estatal”. Ciertamente se podría haber elegido alguna más eficiente, como la de sacar el estatuto docente (o indecente), dar becas especiales para quienes estudien licenciatura en inglés, o exigir que de primero a cuarto básico las clases en colegios públicos serían en inglés… pero algo es algo. Sin embargo, El Mercurio de hace dos semanas nos informó que “se inició con una muy baja cantidad de estudiantes y con el tiempo se ha ido extendiendo para alcanzar a 100 en 2007”…y supuestamente estaría lista a los 100 días de gobierno de la Gordi.

Me parece que por mucho tiempo sólo podremos ser llamados los “ingleses de Sudamérica” por la costumbre de algunos de manejar por la izquierda en las carreteras.