miércoles, 25 de febrero de 2009

Miércoles de Cenizas

Soneto a Cristo Crucificado (anónimo atribuido a Sta. Teresa)

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera.

domingo, 22 de febrero de 2009

Brujos y brujas

“No creo en brujos... pero de que los hay, los hay” reza el dicho campechano que escuché cuando chico. Habría entendido si esa persona me decía que creía en ellos o que no creía, pero no esta cosa tipo Carlos Caszeli con su “uno no tiene por qué estar de acuerdo con lo que piensa”. Ahora, después de varios años me encuentro con algo parecido en boca de las feministas, que dicen que las mujeres son exactamente iguales que los hombres, pero que se contradicen a la vez.

Fuera de toda duda está el que las mujeres tienen la misma dignidad que los hombres, que se les deben dar las mismas posibilidades, pero algunas feministas (tipo las que usan el manual de usos y palabras de género del Sernam) dicen que somos totalmente iguales, y que toda diferencia es algo sólo cultural... muy bien, entiendo el planteamiento, igual como entendería a alguien que creyera en los brujos, pero esos feministas ¿siguen la lógica de ese discurso?

El primer problema son las cosas que hacen de “discriminación positiva” (léase la frase de la convocatoria a la beca Chile: “9.2.5. En caso que dos o más postulantes obtengan un mismo puntaje en la evaluación, se privilegiará la selección de postulantes mujeres.”, o la buscada paridad en el gabinete). Aunque eso demuestra que nos nos consideran iguales, al menos sigue una cierta lógica cuando ponen la excusa de que necesitan condiciones favorables para ingresar a los mismos puestos que nosotros (ciertamente no comparto esta lógica, porque implícitamente trata a las mujeres como personas con menos capacidades).

El peor problema es cuando, ya estando adentro de una institución, no alegan cuando se les da un trato más favorable por su condición de mujeres. Esta pregunta me la hago porque hace un tiempo supe que las mujeres que entraban en la Escuela Naval no sólo tenían una dieta distinta de la de los hombres (cuestión razonable), sino que ¡estaban exentas de la obligación de ducharse con agua fría!

jueves, 12 de febrero de 2009

La libertad de Rousseau

"A fin pues de que el pacto social no sea un fórmula inútil, encierra tácitamente la obligación — obligación que por sí sola puede dar fuerza a los demás compromisos — de que al que rehuse obedecer a la voluntad general, se le obligará a ello por todo el cuerpo. Lo cual no significa sino que se le obligará a ser libre"

Libro I Cap. VII

domingo, 8 de febrero de 2009

IdeD: Quien lo hereda no lo hurta

En los países bálticos está de moda que las mujeres usen uñas postizas pintadas con dibujos, a veces incluso con paisajes. Los hombres, por su parte, usan carteras. En Chile también hay modas particulares, como el que algunos hombres usen aros que imitan ser un brillante.

Probablemente si a quienes siguen estas modas les hubiésemos preguntado cuando eran niños si usarían algo así nos habrían dicho que no. Quizá dentro de 10 años se reirán de las rarezas que usaban en estos años.
Las modas van y vienen, son todo lo contrario a la tradición, la que llega de herencia a las generaciones que las disfrutan. Es por ello por lo que alguien que decía que ellas expresan una verdadera democracia, donde no sólo votan quienes viven actualmente en una determinada nación, sino que también las generaciones anteriores.

Es cierto que algunas tradiciones pueden no tener razón de ser, como aquella que escuché en una conferencia: Había una mujer que al hacer un strudel siempre preparaba un cuarto de masa más del que necesitaba, y con lo que sobraba hacía cualquier otra cosa. Al preguntarle su marido por qué hacía eso en vez de hacer un strudel más grande, respondió que así se lo había enseñado su madre, quien al ser interrogada por su yerno sobre el por qué, respondió que era porque en su horno no cabía el strudel del tamaño de la receta... que cabía sin ningún problema en el horno de la hija.

También hay algunas tradiciones que pueden ser remozadas, como algunos que dicen que las corridas de toros podrían ser menos sangrientas, pero como las tradiciones no son algo que le pertenezca a una generación determinada la abolición completa debe ser acordada por amplias mayorías.
Al ser las tradiciones un patrimonio que las generaciones actuales reciben, es algo que ellas administran, no que les pertenezca. Por eso la derecha busca mantenerlas, y si se dice que una no es adecuada, le pone el peso de probar su inconveniencia a quienes quieren abolirla.

domingo, 1 de febrero de 2009

IdeD: Chancho limpio no engorda

No es difícil imaginarse la escena: una mamá chancha aconsejándole a su lechón que no sea mañoso, que no alegue porque su ración de comida está manchada con barro. Si no come, nunca llegará a ser un buen jamón serrano. Pero consejos como el que un chancho limpio no engorda no le interesan a todo el mundo, ya que pocos quieren engordar (a no ser que sea en ciertas partes del cuerpo, mediando un quirófano), y menos aún si eso pasa por sobre el ser limpio. Tampoco debiera interesarle al Estado, quien extrañamente le ha hecho caso en todo al mentado refrán: creando nuevos empleos fiscales, asignándole plata a programas inútiles, dándole la calidad de ministerios a organismos que funcionaban de lo mejor siendo un simple servicio, etc. ¿Y todo esto para qué? Para que el personal de antiguos servicios tenga sueldos acorde a su nueva jerarquía ministerial, los programas sean mal evaluados, las platas destinadas a empleos vayan a parar a campañas de políticos que sólo quieren echarle más grasa al chancho, etc.

En esta granja de los animales, donde los chanchitos burócratas transforman al Fisco en algo tremendo e incontrolable, no estaría nada de mal que tomaran en consideración la idea de derecha que busca tener Estados pequeños y eficientes. Además, como me dijo una persona que trabaja en el Estado, la plata “de nadie” atrae, especialmente si no se supervisa bien, por lo que el mejor modo de evitar la corrupción es reduciendo el número de empleados que puedan ser seducidos por lo ajeno.

Algunos creen que si llega un Gobierno de derecha se acabará la corrupción por arte de magia, ya que los que lleguen al Gobierno no tendrán las malas costumbres que adquirieron los de la Concertación, pero en todos los partidos políticos se hacen chanchadas, por lo que no queda otra que ser consecuente con las ideas de derecha y achicar al máximo el Fisco.

Hay gente que dice que son mejores los Estados grandes, para poder ayudar mejor a los ciudadanos que lo necesiten, pero ese método sólo ha resultado en los países donde los chanchos vuelan.