domingo, 13 de diciembre de 2009

IdD: Mucho abarca poco aprieta

Hoy no hablaré de las elecciones. Como todo el mundo ha de estar hablando de eso, hablaré de algo distinto.

Una de las películas que mejor refleja las ideas de derecha es “Los Increíbles I”, de Disney-Pixar. En ella unos superhéroes son obligados a renunciar a sus poderes e integrarse a la sociedad como gente normal, como lo que sucede con personas talentosas para los negocios en sociedades socialistas en las que no se les dan incentivos para desarrollar sus talentos. Sin embargo, mi idea ahora no es hablar esta película ganadora de dos óscares, sino que de una cosa en particular que ahí se decía. La hija estaba en toda esta etapa de la adolescencia y quería usar sus súper poderes para ser especial, pero la mamá le dice que no se preocupara con eso de ser normal, porque todas las personas son especiales de un modo u otro. La hija en una respuesta muy sabia le dice: “si todos son especiales, entonces nadie es especial”.

Algo similar sucede con los derechos humanos. Estamos de acuerdo en que deben ser protegidos especialmente, pero los “idealistas” quieren que todo se transforme en un derecho humano, no sólo el que no se mate a un inocente o la libertad para asociarse o profesar una religión (cosas en las que coinciden los realistas). No, ellos quieren incluir en el listado otras cosas como el “derecho humano” a la paz, al celular y
a que el Estado financie los cambios de sexo. Con ello sólo se logra que lo que antes tenía una protección especial pase a estar al nivel de meros deseos o de cosas en que incluso la gente no está de acuerdo.

Por eso considero una tontera el decir que existen derechos humanos de primera, segunda y tercera generación. De qué sirve decir que hay un “derecho humano de tercera generación” a la paz. ¿Es posible exigirle este “derecho” a alguien? Si no es exigible ¿es un derecho?

Al alargar el catálogo de derechos fundamentales —que ya no serían sólo humanos, sino que también de los árboles, de los animales, de los consumidores, no fumadores, etc.—, es que se agrandan las posibilidades de choques entre derechos (p.ej.: mi derecho a un medio ambiente libre de contaminación odorífera choca con tu derecho a no us
ar desodorante), sino que también se trivializa el núcleo de los derechos humanos verdaderamente fundamentales en una sociedad democrática. Del mismo modo en que con la inflación el valor de cada billete es más bajo, con la inflación de DD.HH. el valor de cada derecho individualmente considerado es menor. Además, si los esfuerzos mundiales no se enfocan en impedir mal acotados, los esfuerzos por evitar violaciones a los verdaderos derechos humanos no serán muy efectivos, pues quien mucho abarca poco aprieta.

11 comentarios:

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

No sé si es tan sabía la frase de la hija, pues se supone que cada ser humano es un fin en sí mismo, o como dice Nozick, cada ser humano es especial en el universo pues crea una escala de valores nueva.

Por lo mismo, creo que cometes un error al comparar a los seres humanos con lo que se puede plasmar en el papel, incluida la legalidad, los derechos humanos, etc.

Concuerdo en que “con la inflación de DD.HH. el valor de cada derecho individualmente considerado es menor”, pero eso no tiene relación con el valor del ser humano en sí.

Y ese es el problema, la legalidad –sobre todos quienes se les ocurre- tiende a aplicar la lógica de la hija, es decir, a distinguir y establecer parámetros para los derechos, cuando en el fondo lo único válido es que el individuo este libre de agresión.

Tú mismo dices, unos tienes derecho a esto y otros no ¿Con qué atribución o derecho?

Álvaro P. dijo...

La palabra "especial", como muchas otras, tiene varias acepciones. Ciertamente todas las persones son importantes y únicas, pero no todas son "especiales" en el sentido usado en este blog.

Saludos.
Álvaro P.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Explicame cuál es tu acepción de especial y por qué algunos son especiales y otros no.

Para seguir conversando.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Creo que la palabra 'especial' en el sentido en que la usa Álvaro se refiere a tener un talento en partícular. Unos son buenos para las matemáticas, otros para los negocios, otros para el arte.

SSergioA dijo...

Álvaro: la mejor manera de neutralizar la demagogia de los derechos es enseñarle a la gente cuanto le van a costar estos "derechos".

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Javier

¿Te atreverías a decir que hay personas que no tienen ningún talento?

¿O acaso tú estableces escalas a priori según el talento?

Sería bueno que álvaro aclarara el concepto.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Jorge

Cada uno tiene un talento. Desde luego, que hay personas que nunca saben cuáles son sus talentos, porque se conocen poco.

Simplemente, como dice el refrán, "cada uno sabe donde le aprieta el zapato".

Lo que dice Sergio es importante. Por eso, a los liberales conservadores de la tradición american se quedan con los 'derechos de primera generación', pues los demás se basan en un coste que lo paga el otro.

Unknown dijo...

Hola Alvaro!

Aca en Canada llega a ser ridiculo el tema de los "derechos humanos".

Hubo un caso en British Columbia donde una empleada de McDonalds, con la ayuda de los Tribunales de Derechos Humanos de la provincia, los demando xq fue despedida xq no podia lavarse las manos segun lo requerido x el empleador (y las mismas leyes sanitarias).

McDonalds trato de reubicarla, e incluso le dieron licencia x meses para q probara distintos tratamientos.

Al despedirla, le pagaron todo, como la ley lo exige... y asi todo el "tribunal" multo al empleador x el despido, ademas de sentar precedente.

Ahora, el derecho de ir a comer a un lugar sin q te de hepatitis por mala manipulacion?

Parece q te habia comentado antes acerca del libro Shakedown de Ezra Levant, salen un monton de casos emblematicos/ridiculos recientes, como el q te acabo de contar.

Voy a tratar de reincorporarme a la blogosfera... es q con dos peques se me complica un poco.

Saludos!

Álvaro P. dijo...

Jorge: Como te digo, depende de la situación. En el caso del superhéroe se refería a "poderes especiales". En otros casos, como bien señala Javier, se referirán a talentos muy fuera de lo común. Incluso esa palabra puede ser usada como una palabra descalificatoria ("esa persona es... 'especial'"). Por eso, no todos son especiales en esos sentidos. Por ejemplo, en todos esos sentidos yo me considero "normal".

Javier: Finalmente, como bien dices, sólo los de primera generación son derechos en el sentido más clásico de la expresión, porque son los únicos exigibles.

Sergio: Es cierto, el tema de los números siempre es un buen argumento, ¿será porque la avaricia nos toca a todos? (aunque a unos más que a otros).

Fabiola: Gracias por el dato. No estoy seguro de si me lo habías dado, pero al menos ahora ya lo anoté en la agenda para buscarlo.
Qué lástima que no puedas visitar la blogósfera más a menudo, pero me parece muy bien que tengas tus prioridades bien puestas. Creo que ahora debieras modificar tu foto de perfil, para que la segunda guagua no se sienta, jaja.

Saludos.
Álvaro P.

Patoace dijo...

Hace tiempo que vengo pensando que todo los derechos humanos es un concepto cuya fecha de vencimiento ya se pasó.

Surgió en un momento histórico concreto, para explicar el juicio por crímenes horribles contra la vida, pero ahora... como dice Síndrome, si todo es un derecho humano, entonces no tienen nada de especial.

Es una pena.

Anónimo dijo...

Gracias intiresnuyu iformatsiyu