En la elección de doña Michelle una persona de buena situación, ya cansada de hacer campaña sin obtener los frutos buscados me dijo: “uno hace campaña por los pobres, ya que con cualquier gobierno que salga uno va a seguir estando bien”. Y fue cierto. Incluso el Transantiago la benefició (su auto tenía más espacio en las calles).
Los ricos son los que menos sufren con los cambios de gobierno. Si sale uno de izquierda, ya sabrán hacerse amigos del monarca, si sale un gobierno comunista... sencillamente se van del país, como hicieron muchos en el gobierno de Allende.
No es que hoy haya amanecido resentido, pero estoy mirando las cosas en forma práctica: los millonarios tienen más herramientas para escapar de los malos gobiernos. Lo mismo pasa con el capital. ¿Y le conviene a un país que el capital escape de él? NO, ya que éste permite desarrollar el país, crear fuentes de trabajo, permitir la existencia de las bellas artes, y suma y sigue.
Muchas veces la gente de izquierda cree que quitándole a los ricos puede conseguir lo mismo que ellos dan con sus presencia y relaciones comerciales, pero eso es contrario al sentido común. Es como una conocida que era amiga de un empleado de Nestlé, a quien siempre le llegaban Sahne Nuss de parte de su amigo: Si ella hubiese tratado de quitarle los chocolates, sólo habría logrado enemistarse con él... y adiós a los chocolates.
No sé si el arrimarse a un buen árbol esperando recibir una buena sombra se puede considerar una idea de derecha, o si es sólo un razonamiento práctico que usan en sus políticas públicas. Lo cierto es que tratan a la plata como una mosca que va donde le conviene, por lo que le ofrecen más miel que hiel. La izquierda, mientras sus parlamentarios más criticones viven como reyes, responde que con eso se quiere beneficiar a los ricos, pero la verdad es que quieren beneficiar al país, lo que se nota porque son políticas que se refieren al país como un todo (como liberar de impuestos las platas reinvertidas en una sociedad, reducir variados impuestos que afectan la inversión, etc.), y no políticas de favores personales, como muchas de izquierda que requieren de autorizaciones estatales para funcionar, o que dan discrecionalidad en las concesiones de patentes, que sólo hacen que los empleados de turno tengan una herramienta para “hacerse amigo” del rico que se beneficia con la requerida autorización.
domingo, 15 de marzo de 2009
IdeD: Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le acoge
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2 comentarios:
Me gusta cómo intentas perfilar las ideas de derecha.
En el caso de la educación y salud se ve lo que tú dices. Ellos educan en colegios privados a sus hijos y los llevan a universidades cota 1000, y se atendienden el clínicas privadas.
La izquierda no tiene noción de la plata o el dinero, pues si la mayoría de la personas actuase como ellos en la administración pública, sería el fin de la civilización.
Javier, muchas gracias por la moción de apoyo a las IdeD, ya que últimamente me había estado preguntando si eran adecuadas o no.
Saludos.
Álvaro P.
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