sábado, 12 de septiembre de 2009

IdD: Quien te quiere te aporrea

Hace varios años mucha gente que sorprendía de la estúpida frase de Aylwin: “el Mercado es cruel”. Yo no la encontré tan terrible. Es cierto que el Mercado no puede tener sentimientos de crueldad ni de bondad, porque es sencillamente la suma de las decisiones de todas las personas, no un ente que sienta. Sin embargo, muchas veces las personas que integramos el mercado somos crueles, y muchísimas más somos pocos caritativos. Por ejemplo, en el antiguo mercado de las fiestas de 15, en el que las niñas estaban sentadas en una fila de asientos y los niños estaban parados eligiendo a cuál sacar a bailar, la joven de bonita letra no era la primera que sacaban a bailar, sino que muy probablemente de las últimas. La mayoría de los chiquillos no estaba interesado en hacer que la feíta se sintiera bien. La caridad no es algo que caracterice al promedio. Lo mismo pasa en las decisiones al momento de comprar. Si tenemos en un mismo estante un traje de lana de Bellavista Tomé, y otro extranjero más barato de igual calidad, generalmente la gente no dirá: “quiero gastar más plata para ayudar a la industria nacional”. Así el resultado será la quiebra de esa empresa, pero no por la falta de caridad del mercado, sino que de las personas que lo integran.

El actuar de quienes integramos el mercado, quienes buscamos nuestro interés personal, hace que éste propine a algunos el golpe de la dura realidad. Sin embargo, estos aporreos del mercado no son en vano. Después de la tormenta viene el Sol. Así, por ejemplo, el gobierno de Pinochet fue quizá el que vio más quiebras de empresas y suicidios de empresarios, producto de la poca competitividad de empresas que no resistieron la apertura comercial del país. Sin embargo, gracias a esas quiebras los recursos que estaban siendo utilizados en forma ineficiente en esas empresas fueron reasignados en otras industrias más eficientes, y logramos que en los 90 creciera la clase media y se nos llamara el Jaguar de Latinoamérica (título que se depreció con el paso del tiempo… o de la izquierda).

El mercado no es un guante de seda, pero quizá eso no es lo que necesitamos. Del mismo modo en que un niño que no recibe ninguna palmada terminará probablemente siendo un merengue abúlico, ingrato y maleducado, los países requieren de ciertos aporreos del mercado. Las fiestas de 15 son útiles para que las gorditas aprendan a ser simpáticas, y las desaliñadas a arreglarse un poco más.

13 comentarios:

Mike Patton dijo...

Muy mala la analogía de la niñita fea, no tiene ningún sentido. La compra de productos nacionales proviene de un sentimiento más de nacionalismo que de caridad, basta echarle un ojo al mercado Catalán por ejemplo.

la frase de Aylwin es una crítica al hecho de que el mercado castiga a quién nace pobre, algo que los Estados de Europa se dieron cuenta hace ya mucho tiempo y por eso han creado el concepto de Estado de Bienestar, algo comprendido por los partidos políticos de todos los colores, obviamente en diferente grados. Para que decir en términos de Salud y Educación donde los consensos sobre el rol del Estado.

Recuerda que el mercado sólo solucionara aquellos problemas que generen ingreso e intentara perpetuar aquellos problemas que sean rentables, esa es la crueldad de Mercado

Álvaro P. dijo...

Mike: ¿Es esta la primera vez que comentas en este blog?
Dices que el Estado de Bienestar es algo comprendido por los partidos políticos de todos los colores en diferentes grados. No creo que sea así, porque no es lo mismo un "Estado de Bienestar", que es lo propuesto por los regresistas, que el "Principio de Subsidiariedad" propuesto por los conservadores. Este último busca que a nadie le falte lo necesario, pero no es un Estado de Bienestar en un "grado" bajo, ya que parte de un concepto del rol del Estado totalmente distinto.

Saludos.
Álvaro P.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Mike:
Si el mercado castiga al pobre, ¿por qué muchos pobres se han convertido en millonarios?

El Presidente Alwyn como su partido es un reaccionario se quedó en el oscurantismo de Maritein y al mundo pre-revolución industrial, que no entiende cómo funciona la sociedad y el mercado.
Si no fuese por el mercado que es producto de la división del trabajo, el ex Presidente tendría que cazar alimentos y fabricarse él solo la ropa, entre otras cosas.

Anónimo dijo...

Amigos, creo que el punto es el siguiente: no interesa lo que haya querido decir Aylwin con su afirmación, porque han pasado muchos años y habría que preguntarle a él a qué apunta exactamente. Se trata de un dato más bien histórico. Hoy día sin embargo cabe analizar y ver cómo está funcionando el sistema económico chileno.

Y pongámonos una mano en el corazón para responder. Podemos observar que hay una concentración de poder económico (con gran influencia política) tan grande, que está habiendo un desequilibrio muy peligroso y dañiño, que se está manifestando en abusos de poder. Les apuesto a que a ustedes o algún conocido o cercano ya le habrá pasado que por ejemplo le efectúan un cobro indebido o no lo resarcen de algún perjuicio sufrido a manos de una gran tienda o grupo económico. Si van a tribunales van a ver que les van a negar todo y si tienen suerte algo ínfimo van a obtener. No se le está respetando la dignidad a las personas. Y se nota en el resentimiento que existe.

Por otro lado, ustedes podrán ver que estas grandes empresas y conglomerados, no se destacan por cumplir la ley. Sin duda que no cumplen con sus espíritu, y sí apenas con la letra en otros casos. Existen muchos trucos y mañas que conocen a la perfección, por ejemplo, el caso Costanera Center (¡se construyó sin permiso de edificación!)

En fin, no quiero caer en una casuística aburrida, pero cuando hablamos de la "crueldad" del mercado, quizás estamos queriendo significar el atropello que a cada rato las personas están sufriendo a manos de poderes tremendamente desequilibrantes, que, en muchos casos, llegan a ser intimidatorios.

Frida

Javier Bazán Aguirre dijo...

Frida:
En el caso de la Costanera Norte culpa al municipio. Los municipios son los que cambian los planos reguladores a su merced. Dicen primero:prohibido construir en un quebrada, y luego lo permiten.

Lo de la concentración de esos conglomerados es productos de las regulaciones.

Acción Civil Política dijo...

Malo el intento de justificar la dictadura metiendo entre medio al libre mercado (al que además confundes con crony capitalismo:

1) Partes de una lògica utilitaria y a partir de eso entonces consideras que la vida vale menos que la competitividad...al decir:

"el gobierno de Pinochet fue quizá el que vio más quiebras de empresas y suicidios de empresarios"...

Si aplicas así el utilitarismo ¿por qué eres contrario al aborto?

2)Dices: "Sin embargo, gracias a esas quiebras los recursos que estaban siendo utilizados en forma ineficiente en esas empresas fueron reasignados en otras industrias más eficientes"

Pero eso no fue producto del libre mercado sino de la acción invasora del Estado, peor aún de una dictadura.

Las empresas que ganaron los concursos no eran necesariamente las más eficientes del mercado sino que las empresas con mejores contactos e influencia en la esfera política militar y de la derecha golpista.

La “privatización”, más que una forma de solventar las ineficiencias del Estado, fue un vector de esas ineficiencias hacia el sector privado.

Todos sabemos que en ese proceso el Estado siguió manteniendo la autoridad principal, llevándose jugosas tajadas financieras en conceptos de “gestión” y “supervisión”, además de “comisiones” adicionales que dispararon el precio desde los precios de mercado hacia “precios políticos”.

De ahí la cuenta bancaria de Pinochet y no de una gestión empresarial envidiable.

3) En otras palabras, finges y engañas al tratar de hacer creer que fingir que la actual economía corporativa surgió de un mercado libre.

Eso es un claro punto de vista vulgo liberal o de un conservador autoritario, no de un defensor del libre mercado.

Álvaro P. dijo...

Frida: Errar es humano, y efectivamente en esas grandes tiendas y prestadoras de servicios se dan errores, pero quedan compensados generalmente con otras cosas, por ejemplo, con lo barato de sus productos (no puedes comparar los precios de la ropa en el Lider con la de las tiendas más especializadas). Al menos el mercado entrega algo a cambio por esos errores, no como cuando ellos son cometidos por el Estado.

El problema que tienen muchos de izquierda es que comparan el mundo real con el ideal (que nunca existirá), y en esa comparación es lógico que pierda el mundo real.

Javier: No siempre esos conglomerados son producto de la regulación, pero sí pasa eso en muchos casos, como en el Transantiago, que hizo que todas las empresas microbuseras chicas tuvieran que irse.

ACP: No hay ninguna lógica utilitaria. Si esas personas se suicidaron no fue una consecuencia de la quiebra de su empresa, sino que una decisión más o menos libre de ellos.

Saludos.
Álvaro P.

Anónimo dijo...

Javier,

No sé si estás enterado, pero lo que ocurrió con Costanera Center es muy distinto a lo que tú crees. No es que el municipio haya actuado por sí y ante sí beneficiando a dicho mega proyecto, porque si lo analizas, a cualquier ciudadano no le permiten edificar ni una mansarda sin permiso. Lo que ocurre en ese, como en tantos otros casos, es evidentemente un beneficio descarado en pro de un gran proyecto de inversión. ¿Por qué? No hay que ser adivino.

Lo de las regulaciones, es el mismo tema. Es muy ingenua la visión de que los municipios regulan por razones "extrañas". Porque a ellos se les ocurrió, y es culpa de ellos. Regulan al dictado de lo que le dicen los que tienen y mueven la plata. Si lo estudias, en Costanera Center se llegó a modificar la Ordenanza General de Urbanismo para que el señor Paulmann cumpliera con la norma. La vieja política de los hechos consumados.

El sistema económico actual, ese respecto del cual estamos debatiendo si es o no cruel, tiene vicios y defectos de forma y fondo muy acusados. El resultado de ellos es un mercado que tiene apariencias de democrático, pero que en los hechos funciona para beneficiar solamente a algunos. He ahí la crueldad.

Frida

Anónimo dijo...

Álvaro,

Mira, no caigamos en el tema de izquierda ni de derecha, que ese concepto es demodé. Hoy día nos enfrentamos a un nuevo mundo, con problemas distintos a los del pasado.

Te equivocas medio a medio si utilizas la palabra error. Porque error supone una involuntariedad. Sin embargo, si alguna vez te toca litigar contra las empresas grandes, vas a ver que el único error fue haberse metido con ellos. Te van a mandar un abogado que va a negar todo, que te va a intentar inhabilitar a todos tus testigos, y va a buscar no pagarte ni un solo peso, aún cuando te hayan liquidado. Eso derechamente se llama dolo y mala fe.

Segundo, fruto del uso que haces de los conceptos de izquierda y derecha, piensas que aquí de lo que se trata es de optar por un modelo u otro. No. De lo que te hablo, es de tomar el toro por las astas. Y eso significa terminar con esa concentración económica y política tan tremenda que hoy día existe. De lo contrario va a seguir creciendo hasta niveles intolerables que, me temo, pueden derivar en graves problemas políticos y de estabilidad gubernamental.

Un sistema como el que tenemos, seriamente no puede calificarse de democracia, porque ella supone el respeto de los derechos y dignidad de las personas. Y eso es justamente lo que hace tiempo no se respeta.

Frida

Anónimo dijo...

Álvaro,

Mira, no caigamos en el tema de izquierda ni de derecha, que ese concepto es demodé. Hoy día nos enfrentamos a un nuevo mundo, con problemas distintos a los del pasado.

Te equivocas medio a medio si utilizas la palabra error. Porque error supone una involuntariedad. Sin embargo, si alguna vez te toca litigar contra las empresas grandes, vas a ver que el único error fue haberse metido con ellos. Te van a mandar un abogado que va a negar todo, que te va a intentar inhabilitar a todos tus testigos, y va a buscar no pagarte ni un solo peso, aún cuando te hayan liquidado. Eso derechamente se llama dolo y mala fe.

Segundo, fruto del uso que haces de los conceptos de izquierda y derecha, piensas que aquí de lo que se trata es de optar por un modelo u otro. No. De lo que te hablo, es de tomar el toro por las astas. Y eso significa terminar con esa concentración económica y política tan tremenda que hoy día existe. De lo contrario va a seguir creciendo hasta niveles intolerables que, me temo, pueden derivar en graves problemas políticos y de estabilidad gubernamental.

Un sistema como el que tenemos, seriamente no puede calificarse de democracia, porque ella supone el respeto de los derechos y dignidad de las personas. Y eso es justamente lo que hace tiempo no se respeta.

Frida

vicente dijo...

Es cierto, ni el mercado ni mucho menos el estado nos darán el paraíso en la tierra.
Las personas no se hacen mejores ni peores. Son lo que son.
El mercado no es un "modelo" como a muchos les gusta llamarle, porque no es el resultado de la idea de alguien. Surge de manera espontánea porque es parte de la naturaleza humana.
No importa cuánto empeño se destine en tratar de abolirlo, no importa cuánto celo ponga la policía política, sólo se conseguirá que éste se manifieste en sus peores formas: mercado negro o corrupción, además de la consiguiente pérdida de libertad.
Cualquier sistema que prometa acercarnos al paraíso, sólo conseguirá alejarnos más de él. Es cosa de ver la historia.
En definitiva, el mercado es la manifestación de la libertad y es la huella del hombre en la búsqueda de su propia felicidad.

Anónimo dijo...

Vicente, la descripción que estás haciendo del mercado y su consecuente libertad, requiere que todos los elementos presentes se mantengan constantes: para usar lenguaje de la ciencia económica, aplicar el "ceteris paribus". Veamos.

Efectivamente el mercado en términos perfectos (cuando sus agentes interactúan en igualdad de condiciones y con toda la información disponible) es una manifestación de la libertad, no en términos metafísicos, pero sí en cuanto libre albedrío. No obstante, dicho mercado ideal puede funcionar mal cuando se dan básicamente dos factores que lo interfieren. El primero, y es al que apuntas, ocurre cuando el Estado impone conductas que no nacen de manera espontánea y que coaccionan la libertad de escoger (sea del consumidor o proveedor). Un ejemplo histórico, y a su vez grotesco, es el caso de las JAP durante el gobierno de la UP.

El segundo factor que distorsiona la libertad, y por tanto el concepto mismo de mercado tal cual tú expresas, se da cuando existe un desequilibrio tan aberrante entre los agentes, y a ello se suma que los organismos fiscalizadores dispuestos para solucionar dichas diferencias no lo hacen. Este factor se encuentra muy presente en Chile. Claro, interesadamente se nos dice que hay libertad y buen mercado, porque ya no se llega al absurdo de la fijación estatal de precios. Pero se soslaya que existe una relación incestuosa entre el poder político y económico, lo cual lleva a que justamente los grandes grupos económicos (y aquí me refiero al sector minero, del retail, energético, entre otros) actúen con total impunidad cuando se trata de eludir el cuplimiento de la ley, y sobre todo de respetar los derechos de la gente. Los ejemplos abundan.

Todo esto está llevando a que la gente este tomando conciencia en forma muy brusca, de sus derechos y de que aquí, algo huele mal.

Frida

Acción Civil Política dijo...

Es utilitaria a todas luces, pues tu frase indica que aunque hubo quiebras y suicidios, las medidas fueron buenas a largo plazo...

Es decir, el bien general (el fin) importó más que el medio (suicidios de por medio).

Lo mismo se aplica en cuanto al aborto, si aplicamos la misma lógica.

Parece que no entiendes lo que tú mismo escribes.

Y veo que no tienes respuesta para refutar el hecho de que el "libre mercado" que defiendes no es tal pues fue de la acción invasora del Estado, peor aún de una dictadura.