domingo, 15 de junio de 2008

Incómoda libertad

"Dime tú", "¿Qué te regalo?", "Soy materia dispuesta", ¿Qué hago?... Todas esas frases muestran que a veces no sabemos muy bien qué hacer con la libertad, que nos gustaría que otros decidieran por nosotros. Y es que, quizá al ser humano le gusta la libertad, pero no tanto. El tema de la libertad no es tan simple.

¿No sería más fácil ser como los animales, que actúan por instinto y nada más? Ellos no conocen las dietas, ni las dudas vocacionales, ni las dificultades para dejar de fumar. Además, ¿no sería más sencillo echarle a otro la culpa por nuestras metidas de pata?

Sin libertad el mundo sería como Suiza. Todo funcionaría como reloj, todo en orden y cada cosa en su lugar. Sin libre albedrío no habría diferencias, estaríamos en el mundo de la equidad, en el paraíso del socialismo.

¿Por qué entonces la libertad es tan importante? ¿Por qué se nos dio la facultad de comer de la famosa manzana? ¿Por qué ha sido puesta como bandera de lucha en innumerables ocasiones? Quizá la respuesta está en que el hombre es un ser moral, requiere de la libertad para poder hacer las cosas buenas porque las elige. Sin libertad no habría actos meritorios ni de demérito, actos que merecieran felicitación o castigo. Sin libre albedrío el hombre no podría tender voluntariamente hacia el bien, no podría amar.

10 comentarios:

Constructor de una sociedad LIBRE dijo...

Álvaro:

Al respecto debemos agregar que, en cuantos seres morales, debemos hacer un uso responsable de la libertad ya que nuestras acciones no son aisladas y no afectan solamente a nuestras parcelas, al metro cuadrado que nos rodea.

Para lo anterior debemos mirar a nuestro accionar con el conocimiento de que estamos de paso, por lo tanto, conciente de la urgencia de nuestro trabajo y que en la mayoría de las veces los errores no son una alternativa.

Álvaro P. dijo...

Constructor: De acuerdo contigo. Pero no olvides que errar es humano.
Saludos,
Álvaro P.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Creo que tu concepto de la libertad es bastante básico, e incluso incoherente, por no decir antiliberal.

Dices: "sin libertad el mundo sería como Suiza", siendo que lo que más tiene Suiza es libertad para sus ciudadanos, los que deciden muchos de sus asuntos, pueden elegir como vivir.

Al contrario, sin igualdad no hay libertad, porque entonces unos someten a otros, bajo distintas formas a su dominio.
En las sociedades desiguales, cualquier concentración de poder, sea este político o económico, implica que el individuo y cualquier libertad individual, se pueden perder.
Antes, la libertad se sometía con la fuerza, hoy se somete a través de las conciencias.

De hecho, lo que menos se respeta es la diferencia.

Álvaro P. dijo...

¿Qué es la igualdad para ti? ¿Qué es la libertad para ti?

Acción Civil Política dijo...

Eso mismo me pregunte cuando leí tu columna...

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

La igualdad es la condición que permite ejercer la libertad. La igualdad debe ser entendida como el mutuo reconocimiento como sujetos, de lo que se deriva la igualdad ante la ley.

La libertad es la capacidad de ejercer la igualdad, como sujetos indivuales y libres de cualquier forma de opresión política, económica, psicológica, etc.
Así, cualquier forma de poder excesivo, inhibe la igualdad, pues permite someter a unos sobre otros.

De hecho, tu texto demuestra un mal concepto de la equidad, que radica esencialmente en desconocimiento de los fundamentos filosóficos de éste.

De hecho, tu ejemplo de la manzana y el comentario posterior, son claramente antiliberales pues denotan una postura paternalista.

La Nuez dijo...

LA LIBERTAD!!!
Nada es más valioso que la libertad, AMO la LIBERTAD!!!
¡¡¡Viva la LIBERTAD!!!

Álvaro P. dijo...

Jorge: ...comprensión de lectura.

La Nuez: Efectivamente.

Saludos,
Álvaro P.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Álvaro, espero me respondas algo coherente.
Parece que te quedaste sin argumentos o te falló la comprensión de lectura...

Álvaro P. dijo...

Te contestaré con un posteo.
Saludos,
Álvaro P.