domingo, 4 de abril de 2010

IdD: La unión hace la fuerza (globalización)

Aunque este posteo no tiene ninguna relación con la fiesta de hoy, igual quería desearles una feliz Pascua.


Ahora sigo con la programación habitual:


Los latinos generalmente usamos dos apellidos, uno paterno y otro materno. Los anglosajones a veces ponen como segundo nombre el apellido de la madre. Los rusos tienen el patronímico (una derivación del nombre del padre) entre el nombre y el apellido. Sin embargo, lo más curioso que conozco es el sistema islandés, quienes no tienen apellidos, sino que sólo un patronímico (así, el hijo de Juan sería Pedro Juanson, y una hija sería María Juandottir).

Estas diferencias hasta hace poco no causaban ningún problema, pero

con la globalización se pueden ver casas como la que le pasó al papá de una amiga islandesa, a quien pararon en el aeropuerto porque no le creían que fuera el padre de su hija menor de edad, ya que ambos tenían distintos “apellidos”. Tuvieron que llamar al embajador para que solucionara el asunto.

Aparte de estos inconvenientes menores de la globalización, ella ha mejorado visiblemente la calidad de vida de millones de personas, no sólo por la inmigr

ación, sino que también por cosas como las vistas recientemente con la ayuda internacional a las víctimas del terremoto en Chile, ayuda a la cual se ha tratado de no poner barreras (no creo que la ayuda de Lula haya pagado aranceles o impuesto a las donaciones). Esto hace tomar conciencia de la unidad de la humanidad.

Si la globalización no es más que este acercamiento que se produce entre los habitantes de una nación gracias a los avances en las telecomunicaciones y el transporte, parece curioso que la gente se asuste con la globalización y proteste en su contra. Al parecer hay gente que reclama porque asocia la globalización con el mantenimiento de desigualdades, pero eso es harina de otro costal, algo que puede suceder o no, ya sea con un sistema o con otro.

La globalización es un hacer que las fronteras desaparezcan, cuestión que no sólo debe suceder mediante avances tecnológicos, sino que a través de la eliminación de las fronteras artificiales, como pueden ser las barreras arancelarias o a la inmigración, de modo que el movimiento en el mundo se parezca cada día más a las realidades naci
onales. En efecto, si hoy en día viajar desde Brasil a Chile toma lo mismo que antes tardaba viajar de Viña a Santiago, por qué no luchar por derribar barreras entre ambas fronteras (a menos que ellas existan para proteger de la contaminación a ciertos productos). Lo contrario no sólo impide que las condiciones de vida entre las naciones sean más homogéneas, sino que sería similar a pedirle a un santiaguino que tenga que sacar visa para ir a Lihueimo.

6 comentarios:

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

La globalización es un proceso de múltiples dimensiones, que permite acercar perspectivas, establecer lazos entre individuos de distintas latitudes.

Quienes se oponen, lo hacen desde distintas vertientes, político económicas incluso religiosas. No olvido que muchos acá en Chile dicen que la globalización es mala porque rompe con la tradición, la fe y los "valores patrios".

Javier Bazán Aguirre dijo...

En diversas etapas de la humanidad ha habido diversos grados de globalización. Es conocido que a los tejanos les encanta la comida mejicana.

El kung fu Chino no se entiende si el arte marcial de la India.

¿Cómo influirá la comida oriental en Chile en la dieta de este país?

Álvaro P. dijo...

Jorge: Eso que dices de que afectaría las tradiciones y los valores patrios hablaría bastante mal de nuestras tradiciones, pues si no pueden sobrevivir este intercambio cultural significa que no están suficientemente arraigadas.

Javier: Sí, siempre lo ha habido, pero a tanto llega la globalización hoy en día que, por ejemplo, cuando antes hablabamos de comida oriental nos referíamos sólo a la China, mientras que hoy podemos estar refiriéndonos a comida china, japonesa, tailandesa, etc.

Saludos.
Álvaro P.

SSergioA dijo...

Álvaro:

Cómo evitas que las migraciones se transformen en invasiones, como en Suecia.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

El tema no es blanco y negro tampoco.

Muchas culturas se han visto revitalizadas gracias a la globalización, ya sea a nivel global o local, lo que algunos llaman la localización e incluso el indigenismo.

La globalización no es mcdonalización ni tampoco islamización como tanto teme Sergioa. Es algo mezclado.

Yo la valoro en parte como reconocimiento de que hay culturas diversas como seres humanos diversos.

Álvaro P. dijo...

Jorge y Sergio: Efectivamente el tema no es blanco o negro, y es especialmente complicado en países con un Estado de bienestar que sería aplicable a los inmigrantes.

Me parece que el que los que entren al país sean musulmanes no debiera constituir una complicación, con tal de que estén dispuestos a cumplir las normas básicas que constituyen una sociedad, como el matrimonio monógamo y la solución pacífica de conflictos.

Saludos.
Álvaro P.