domingo, 24 de mayo de 2009

IdD: Poniendo huevos en distintas canastas

Todos conocemos la parábola de los talentos. Al que se le dieron 10 talentos hizo producir otros 10, al que se le dieron 5 hizo otros, y al que se le dio uno lo escondió en la tierra y no lo hizo producir nada, por lo que fue castigado por mal administrador.

Si en esa época el Estado hubiese tenido por labor invertir plata en labores sociales y demás, quizá habría habido un cuarto caso en esta parábola: a éste se le habrían dado más talentos que a ningún otro, pero no los habría invertido ni escondido, sino que malgastado en tragos y demases. Y no sólo eso, sino que el muy descarado habría ido a tocar la puerta del dueño de los talentos para pedirle más plata.

Ese cuarto caso no estaría muy alejado de la realidad cuando se refiere a la inversión de las platas por parte del Estado. Así, si en el papel debieran invertirse 100 en asuntos sociales, gran parte de esos recursos se pierden en los que roban esa plata, los demás pasan a los que votan por los que están en el poder, y sólo el resto llega a ciertos pobre... pero a través de programas que no le interesan a veces ni a los mismos necesitados.

Por otra parte, las instituciones sociales privadas como la Fundación Las Rosas, el Hogar de Cristo o la María Ayuda son instituciones cuyos resultados son evidentes, y aunque tienen recursos, ellos son invertidos por técnicos con vocación de servicio que saben que además le deben rendir cuentas a un directorio. Por eso, son realmente efectivas en la labor que desempeñan. Es cierto que existen casos lamentables como el de la Corporación del Niño Agredido, pero son casos aisladísimos, que por lo demás cuentan con menos recursos que los de las entidades estatales. Por lo demás, esos casos se destapan tarde o temprano, ya que la gente no dona plata así no más a instituciones poco transparentes.

Por eso, una forma de hacer que la ayuda social llegue en forma efectiva, es imponer la democracia tributaria, que consiste en hacerle reducciones de impuestos a la gente que dona dinero (lógico que no el 100%). Así, la gente entregará esa plata a quien elija (democracia efectiva), con lo que se desprenderá de la plata con más gusto. Por lo demás, el Estado tampoco pierde plata, porque en cierto modo está descentralizando la labor social que presta ordinariamente.

Una ley como ésta fue despachada recientemente (ver resumen del proyecto), y surgió de un acuerdo que el Gobierno alcanzó con la Alianza el 2005 después de los escándalos del MOP Gate (LyD comenta algo sobre el origen del proyecto). Este proyecto no es perfecto, especialmente porque la Concertación le puso trabas, con lo que se desincentiva en parte se uso, pero es un avance.

Soluciones como ésta se basan en la idea de derecha de que el Estado no es la solución de los problemas, sino que muchas veces su causa, por lo que es preferible encargar las soluciones a gente preparada, como a los administradores que hicieron rendir sus talentos al doble.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Claramente el Estado no es la solución, pero a modo de crítica pucha que es útil para los intereses corporativos.

Un ejemplo y una pregunta a la vez.

¿Qué pasaría con la famosa donación del vuelto en la caja del supermercado?

¿Se le descontaría el impuesto al supermercado construida gracias a la donación hecha por un particular?

¿Sería eso justo?

¿Cómo evitamos esa poca transparencia y el mal uso de las donaciones?

*El tema de la donación del vuelto se ha convertido en una solapada coacción, los precios están armados para que sobren algunos pocos pesos, y te los pidan.

Si no quieres donar tu vuelto (obvio no es obligación) te dicen que no tienen para dartelo y te lo quedan debiendo si no donas.

Claro, pero si a uno le falta un peso, no le venden.

Roderick Long

Anónimo dijo...

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Álvaro P. dijo...

RL: Lo de la trasparencia en el uso de las donaciones y los descuentos tributarios es algo que la ley regula, y hasta el momento bastante bien. Tanto es así que hasta la aprobación de esta nueva ley, a las empresas les daba susto donar porque los fiscalizadores podían considerar que su donación no fue totalmente adecuada (habían penas penales, así que la gente prefería no donar para no meterse en problemas por algo que no los beneficiaba).

jajaja, tienes razón con lo del peso. Aunque encuentro que la idea es buenísima, muchas veces yo digo que no cuando hay gente alrededor, sólo para insistir en la idea de que es algo totalmente voluntario (al parecer soy un poco Contreras).

Anónimo II: Sí, bien interesante. Aunque creo que a los electores de Chile basta que les den un poco de cuerda para que voten por gente populista tipo Chávez. No sé qué tan grande sea la diferencia entre los dos países respecto a sus electores.

Saludos.
Álvaro P.