Preguntando cómo estaban las cosas en Chile me contestaron que muy probablemente Piñera ganaba, y que curiosamente había un “efecto Enríquez-Ominami” dando vueltas. ¡Qué típico de Chile! Nos encantan los pseudomesías que salvarán al país. Lo mismo con el “efecto Bachelet”.
Enriquez-Ominami embruja porque es un encantador de serpientes profesional: es un publicista (cineasta también, pero ¿quién le conoce película?). Sin embargo, al chileno no le basta con la simpatía para designar psuedomesías: siempre es necesario que haya tenido alguna labor en el Gobierno... y este encantador de serpientes lo tiene como diputado. ¿Pero alguien se ha preguntado acerca de los modelitos de proyectos que presenta? En este posteo quiero darles algunos ejemplos (entre paréntesis aparecen los “números de boletín”, el identificador que tienen los proyectos en el Congreso).
Como yo no tengo el conocimiento ni el tiempo de analizar los proyectos en sentido técnico, como de algún modo hizo el “Bestiario legíslativo” respecto del proyecto que impide totalmente la instalación de centrales hidroeléctricas (5503-12), sólo les muestro algunos proyectos que me parecieron bestiales a simple vista.
Quizá por ser hijo de un terrorista patrocina un proyecto que deroga la ley que determina las conductas terroristas (6197-07). Otro proyecto en materia criminal autoriza que se pueda abortar en los casos en los que está en peligro la salud de la madre (4845-11). Abortar siempre es terrible por matar a un niño inocente, pero es sabido que los proyectos que lo justifican por salud terminan permitiendo que las madres estresadas aborten para proteger su “salud mental”. Relacionado con asuntos penales es un proyecto que establece la prohibición absoluta para el uso e inscripción de armas de fuego (5401-02) ¿le importará a los criminales esa prohibición al momento de comprar armas hechizas?
El encantador de serpientes generalmente apoya proyectos donde los menores de 18 no pueden hacer muchas cosas ni con consentimiento de sus padres, como tomar o comprar cigarros, pero en sus proyectos los mayores de 14 pueden votar en las elecciones municipales (5419-07). ¿Es consecuente?
En materias (in)morales es bastante extremo. No le basta con buscar que se autoricen “uniones civiles” entre homosexuales (5774-18), lo que ya le da un signo legal de normalidad a esa situación, pero también tiene uno que busca que puedan “casarse” personas del mismo sexo (5780-18).
Burócrata, burócrata, burócrata... tiene uno para que cada vez que compremos una tarjeta de prepago, haya que llenar un formulario (4523-15). Burocracia también afectará a quienes quieran publicitar sus productos: para contratar publicidad las empresas deberían estar “certificadas, en relación al mensaje publicitario” (4430-03)... ¿quién podrá certificar que no hay galletas más ricas que las McKay?
domingo, 31 de mayo de 2009
domingo, 24 de mayo de 2009
IdD: Poniendo huevos en distintas canastas
Todos conocemos la parábola de los talentos. Al que se le dieron 10 talentos hizo producir otros 10, al que se le dieron 5 hizo otros, y al que se le dio uno lo escondió en la tierra y no lo hizo producir nada, por lo que fue castigado por mal administrador.
Si en esa época el Estado hubiese tenido por labor invertir plata en labores sociales y demás, quizá habría habido un cuarto caso en esta parábola: a éste se le habrían dado más talentos que a ningún otro, pero no los habría invertido ni escondido, sino que malgastado en tragos y demases. Y no sólo eso, sino que el muy descarado habría ido a tocar la puerta del dueño de los talentos para pedirle más plata.
Ese cuarto caso no estaría muy alejado de la realidad cuando se refiere a la inversión de las platas por parte del Estado. Así, si en el papel debieran invertirse 100 en asuntos sociales, gran parte de esos recursos se pierden en los que roban esa plata, los demás pasan a los que votan por los que están en el poder, y sólo el resto llega a ciertos pobre... pero a través de programas que no le interesan a veces ni a los mismos necesitados.
Por otra parte, las instituciones sociales privadas como la Fundación Las Rosas, el Hogar de Cristo o la María Ayuda son instituciones cuyos resultados son evidentes, y aunque tienen recursos, ellos son invertidos por técnicos con vocación de servicio que saben que además le deben rendir cuentas a un directorio. Por eso, son realmente efectivas en la labor que desempeñan. Es cierto que existen casos lamentables como el de la Corporación del Niño Agredido, pero son casos aisladísimos, que por lo demás cuentan con menos recursos que los de las entidades estatales. Por lo demás, esos casos se destapan tarde o temprano, ya que la gente no dona plata así no más a instituciones poco transparentes.
Por eso, una forma de hacer que la ayuda social llegue en forma efectiva, es imponer la democracia tributaria, que consiste en hacerle reducciones de impuestos a la gente que dona dinero (lógico que no el 100%). Así, la gente entregará esa plata a quien elija (democracia efectiva), con lo que se desprenderá de la plata con más gusto. Por lo demás, el Estado tampoco pierde plata, porque en cierto modo está descentralizando la labor social que presta ordinariamente.
Una ley como ésta fue despachada recientemente (ver resumen del proyecto), y surgió de un acuerdo que el Gobierno alcanzó con la Alianza el 2005 después de los escándalos del MOP Gate (LyD comenta algo sobre el origen del proyecto). Este proyecto no es perfecto, especialmente porque la Concertación le puso trabas, con lo que se desincentiva en parte se uso, pero es un avance.
Soluciones como ésta se basan en la idea de derecha de que el Estado no es la solución de los problemas, sino que muchas veces su causa, por lo que es preferible encargar las soluciones a gente preparada, como a los administradores que hicieron rendir sus talentos al doble.
Si en esa época el Estado hubiese tenido por labor invertir plata en labores sociales y demás, quizá habría habido un cuarto caso en esta parábola: a éste se le habrían dado más talentos que a ningún otro, pero no los habría invertido ni escondido, sino que malgastado en tragos y demases. Y no sólo eso, sino que el muy descarado habría ido a tocar la puerta del dueño de los talentos para pedirle más plata.
Ese cuarto caso no estaría muy alejado de la realidad cuando se refiere a la inversión de las platas por parte del Estado. Así, si en el papel debieran invertirse 100 en asuntos sociales, gran parte de esos recursos se pierden en los que roban esa plata, los demás pasan a los que votan por los que están en el poder, y sólo el resto llega a ciertos pobre... pero a través de programas que no le interesan a veces ni a los mismos necesitados.
Por otra parte, las instituciones sociales privadas como la Fundación Las Rosas, el Hogar de Cristo o la María Ayuda son instituciones cuyos resultados son evidentes, y aunque tienen recursos, ellos son invertidos por técnicos con vocación de servicio que saben que además le deben rendir cuentas a un directorio. Por eso, son realmente efectivas en la labor que desempeñan. Es cierto que existen casos lamentables como el de la Corporación del Niño Agredido, pero son casos aisladísimos, que por lo demás cuentan con menos recursos que los de las entidades estatales. Por lo demás, esos casos se destapan tarde o temprano, ya que la gente no dona plata así no más a instituciones poco transparentes.
Por eso, una forma de hacer que la ayuda social llegue en forma efectiva, es imponer la democracia tributaria, que consiste en hacerle reducciones de impuestos a la gente que dona dinero (lógico que no el 100%). Así, la gente entregará esa plata a quien elija (democracia efectiva), con lo que se desprenderá de la plata con más gusto. Por lo demás, el Estado tampoco pierde plata, porque en cierto modo está descentralizando la labor social que presta ordinariamente.
Una ley como ésta fue despachada recientemente (ver resumen del proyecto), y surgió de un acuerdo que el Gobierno alcanzó con la Alianza el 2005 después de los escándalos del MOP Gate (LyD comenta algo sobre el origen del proyecto). Este proyecto no es perfecto, especialmente porque la Concertación le puso trabas, con lo que se desincentiva en parte se uso, pero es un avance.
Soluciones como ésta se basan en la idea de derecha de que el Estado no es la solución de los problemas, sino que muchas veces su causa, por lo que es preferible encargar las soluciones a gente preparada, como a los administradores que hicieron rendir sus talentos al doble.
domingo, 17 de mayo de 2009
Fijando la historia por ley
Los siniestros en algunos países ha encontrado una nueva arma: fijar la historia por ley. Así vemos que en España, con la ley de memoria histórica, se prohibieron una serie de monumentos y acciones, fijando claramente quienes son oficialmente los buenos, y quienes los malos. Esto que está haciendo la izquierda es algo que fue experimentado con un hecho histórico respecto a cuya maldad la gran mayoría de las personas, incluyéndome, estámos de acuerdo: el Holocausto.
Sin embargo, estar de acuerdo en que fue un hecho terrible, no significa estar de acuerdo con que haya que fijar la historia por ley. Les copio a continuación un mail que le escribí a un amigo judío con el que vimos este tema en una clase de DDHH:
"Presumo que no es necesario que te diga que estoy totalmente en contra de cualquier tipo de discriminación arbitraria basada en la raza o la religión, y mucho más si consisten en actos barbáricos como el del genocidio en contra de los judíos. Sin embargo, eso es algo totalmente distinto a pensar que es bueno que haya leyes que criminalicen expresiones sobre la existencia o no de ese abominable hecho histórico.
"Estaremos de acuerdo en que lo que se está prohibiendo no es un discurso de incitación al odio, sino que sólo una interpretación de la historia. Si es discurso es una incitación al odio, es entendible que se le prohíba.
"Como dije en clase, creo que es una locura afirmar que el genocidio no existió. Sin embargo, fijar la historia o la ciencia por ley es algo que me repugna, porque las historias oficiales (sean ciertas o no), pueden ponerle una lápida a la investigación. Quizá en este caso la historia que se está fijando es muy clara, pero puede ser el primer paso en la fijación de más hechos históricos.
"Otro problema es que puede dar pie a tremendas arbitrariedades, especialmente en este mundo globalizado, como pasó con el australiano que profirió expresiones de negación del holocausto por internet, y fue detenido en Inglaterra por una orden de arresto generada en Alemania, como leí ayer (25 Feb) en el Times (no creo que él haya esperando nunca eso, y creo que va en contra del principio “nulla poena sine lege”: no hay pena —castigo— sin ley).
"Otro problema enorme es que estas leyes se fijan sólo por mayorías en el congreso, lo que no es difícil de encontrar. Esto es algo que puede resultar muy complicado, especialmente con gobiernos populistas que sólo quieren interpretar la historia con su punto de vista.
"Ya he escrito mucho, así que prefiero dejarte algunas preguntas:
"-¿Para qué es la garantía de la libertad de expresión, si no es para proteger a las personas que quieren decir algo diferente a lo que es generalmente aceptado?
"-¿Sería correcto prohibir la negación completa del holocausto, o también las cifras del holocausto o algún otro hecho importante del mismo?
"-¿No deben ser las leyes penales la “ultima ratio”?
"-¿No tendrán estas leyes el efecto contrario (un montón de gente sin la existencia de estas leyes considerarían a historiadores como Irwin —quien niega el holocausto—gente loca, ahora les tienen compasión)?
"-¿No sería similar a prohibir expresiones a favor del partido comunista... y con mucha mayor razón al mismo partido comunista?"
"-¿Para qué es la garantía de la libertad de expresión, si no es para proteger a las personas que quieren decir algo diferente a lo que es generalmente aceptado?
"-¿Sería correcto prohibir la negación completa del holocausto, o también las cifras del holocausto o algún otro hecho importante del mismo?
"-¿No deben ser las leyes penales la “ultima ratio”?
"-¿No tendrán estas leyes el efecto contrario (un montón de gente sin la existencia de estas leyes considerarían a historiadores como Irwin —quien niega el holocausto—gente loca, ahora les tienen compasión)?
"-¿No sería similar a prohibir expresiones a favor del partido comunista... y con mucha mayor razón al mismo partido comunista?"
Este amigo nunca me respondió el mail.
Fixing history by law
Hello Yishai,
The other day at the green tie dinner we could not discuss about the theme of CHR, which I think is quite interesting (before we spoke in the dinner I had in mind asking you whether you had a favourable opinion regarding to these kind of laws).
I presume that it is not necessary to tell you that I am totally against all kinds of arbitrary discrimination based in race or religion, and much more when it consists in barbaric acts like the ones of genocide against the Jews. Nonetheless, that is something totally different than to think that it is good to have a law that criminalizes expressions regarding the existence or not of that disgraceful historical fact.
We shall agree that what is banned is not a hate speech, but only an interpretation of the history. If the speech is a hate speech it is understandable to ban it.
As I said in class, I think that it is madness to affirm that the Holocaust did not exist. Nevertheless, fixing history or science by law is something that repulses me, because official stories (whether true or not), can set a grave over research. Perhaps in this case the history that is being fixed is very clear, but it could be the first step in fixing more historic facts.
Another problem is that it can give rise to huge arbitrariness, specially in this globalized world, like what happened to an Australian that made denial expressions in the internet, and was arrested in England after a German warrant, as I read yesterday in the Times (I don't think he never expected that, and that goes against the "nulla poena sine lege...").
Another huge problem is that these criminal laws are set only by majorities in congress, what it is not difficult to find. This would be very complicated, especially in populist governments that want to interpret history in their own way.
I have said too much, so I'd rather ask you some questions:
-What is the guarantee of freedom of expression for, if it is not for protecting persons that want to say something different than what is normally accepted?
-Would it be correct to prohibit the complete denial of the Holocaust or also the accepted figures or some other important fact?
-Shouldn't criminal laws be the "ultima ratio"?
-Wouldn't it perhaps have the contrary effect someday (a lot or people that without these laws would consider historians like Irwing just mad people, now pity them)?
-Wouldn't it be similar to ban expressions in favor of communist parties... and with much more reason the communist party itself?
I like these discussions by mail, because for me it is more difficult to be articulate in spoken English.
See you on Saturday.
Shalom,
Álvaro
The other day at the green tie dinner we could not discuss about the theme of CHR, which I think is quite interesting (before we spoke in the dinner I had in mind asking you whether you had a favourable opinion regarding to these kind of laws).
I presume that it is not necessary to tell you that I am totally against all kinds of arbitrary discrimination based in race or religion, and much more when it consists in barbaric acts like the ones of genocide against the Jews. Nonetheless, that is something totally different than to think that it is good to have a law that criminalizes expressions regarding the existence or not of that disgraceful historical fact.
We shall agree that what is banned is not a hate speech, but only an interpretation of the history. If the speech is a hate speech it is understandable to ban it.
As I said in class, I think that it is madness to affirm that the Holocaust did not exist. Nevertheless, fixing history or science by law is something that repulses me, because official stories (whether true or not), can set a grave over research. Perhaps in this case the history that is being fixed is very clear, but it could be the first step in fixing more historic facts.
Another problem is that it can give rise to huge arbitrariness, specially in this globalized world, like what happened to an Australian that made denial expressions in the internet, and was arrested in England after a German warrant, as I read yesterday in the Times (I don't think he never expected that, and that goes against the "nulla poena sine lege...").
Another huge problem is that these criminal laws are set only by majorities in congress, what it is not difficult to find. This would be very complicated, especially in populist governments that want to interpret history in their own way.
I have said too much, so I'd rather ask you some questions:
-What is the guarantee of freedom of expression for, if it is not for protecting persons that want to say something different than what is normally accepted?
-Would it be correct to prohibit the complete denial of the Holocaust or also the accepted figures or some other important fact?
-Shouldn't criminal laws be the "ultima ratio"?
-Wouldn't it perhaps have the contrary effect someday (a lot or people that without these laws would consider historians like Irwing just mad people, now pity them)?
-Wouldn't it be similar to ban expressions in favor of communist parties... and with much more reason the communist party itself?
I like these discussions by mail, because for me it is more difficult to be articulate in spoken English.
See you on Saturday.
Shalom,
Álvaro
domingo, 10 de mayo de 2009
Hazte fama y échate a la cama
Al llegar a Europa hice un viaje desde Inglaterra a Irlanda por tren, que en Inglaterra está en manos de privados. La idea era tomar el pasaje más barato, por lo que el viaje incluía como 5 transbordos. En total me costó, incluído el ferry, unas 28 libras. Pero como era de esperar, hubo un percance: después del primer trasbordo hubo un problema en el tren, lo que atrasaría todo mi viaje y perdería el ferry... ¡todo mal! Sin embargo la empresa de trenes nos metió a todos los que teníamos que tomar el ferry en taxis contratados por la empresa (increíble lo que pueden hacer para evitar la mala fama).
Como pueden ver un poco en la foto, el taxi salió unas 10 veces el costo del pasaje (en la foto no se ve el valor total, porque el viaje fue dividido en dos)... ¿se imaginan a EFE (Empresas de Ferrocarriles del Estado) haciendo algo parecido?
Como pueden ver un poco en la foto, el taxi salió unas 10 veces el costo del pasaje (en la foto no se ve el valor total, porque el viaje fue dividido en dos)... ¿se imaginan a EFE (Empresas de Ferrocarriles del Estado) haciendo algo parecido?
domingo, 3 de mayo de 2009
IdD: Lo cortés no quita lo valiente
No soy una persona que se codee con gente de la nobleza, por lo que me es fácil recordar cuándo fue la última vez que le hice una reverencia a una persona. Estaba yo en la Corte de Apelaciones cuando una mujer me pregunta si había visto a cierto abogado renombrado (“SU” abogado), o a la ministro Gloria Ana Chevesic (con quien ella tenía que hablar). Yo no había visto a ninguno de los dos. Agradecida por la respuesta, esta señora me mostró un papel muy importante y reservado. Era una hoja vieja y doblada, llena de timbres de recepción de lugares importantes (tribunales, el Palacio de la Moneda, etc.). Entremedio de todos esos timbres se veía una nota escrita a mano que decía: “La portadora de este documento es la única y auténtica Reina de Inglaterra”. ¡Imagínense mi sorpresa!... esta mujer tenía un título al portador que la constituía en la famosa Monarca. No pude sino hacerle una reverencia y exclamar: “Su Majestad”. Ella se turbó un poco ante mi demostración de respeto, porque me dijo que era muy humilde y andaba de incógnito.
Este recuerdo viene porque en la izquierda está lleno de personas que se vanaglorian de ser irreverentes, como si eso fuese algo bueno en sí mismo.
Está claro que sí es buena la independencia que tienen algunos irreverentes para criticar libremente a ciertas instituciones o dignidades. Sin embargo, no es necesario ser irreverente para ser independiente. ¿Por qué enfrentarse en forma irrespetuosa frente a la institución que se critica? Es perfectamente posible conjugar la benevolencia inicial frente a una institución respetada, para luego criticarla si se descubre algo negativo en su actuar.
Lo que sí le concedo a los a priori irreverentes es la idea de establecer por ley que determinadas instituciones o cargos deben ser tratados con cierto título. Son las personas las que deben determinar qué instituciones merecen o no respeto. Por ejemplo, por qué llamar “honorable” al Senador Navarro, ni “Vuestra señoría” al Ministro Carlos Cerda. Quizá esto sí podría ser aplicado a las instituciones como el Senado y los Tribunales en abstracto, pero no tendría tendría por qué extenderse a las personas que la integran.
Ser irreverente con la sola finalidad de ser irreverente es algo ilógico. Si una institución es respetada, es porque históricamente ha tenido un buen actuar, por lo que es más probable que mantenga ese proceder, y que sea uno el que se equivoque si desde un inicio se enfrenta con ella en una mala disposición. Sin embargo, tampoco es lógico que las personas que ocupan ciertos cargos estatales vengan con una especie de título al portador como el de esta “Reina”, que indique la dignidad que merecen.
Este recuerdo viene porque en la izquierda está lleno de personas que se vanaglorian de ser irreverentes, como si eso fuese algo bueno en sí mismo.
Está claro que sí es buena la independencia que tienen algunos irreverentes para criticar libremente a ciertas instituciones o dignidades. Sin embargo, no es necesario ser irreverente para ser independiente. ¿Por qué enfrentarse en forma irrespetuosa frente a la institución que se critica? Es perfectamente posible conjugar la benevolencia inicial frente a una institución respetada, para luego criticarla si se descubre algo negativo en su actuar.
Lo que sí le concedo a los a priori irreverentes es la idea de establecer por ley que determinadas instituciones o cargos deben ser tratados con cierto título. Son las personas las que deben determinar qué instituciones merecen o no respeto. Por ejemplo, por qué llamar “honorable” al Senador Navarro, ni “Vuestra señoría” al Ministro Carlos Cerda. Quizá esto sí podría ser aplicado a las instituciones como el Senado y los Tribunales en abstracto, pero no tendría tendría por qué extenderse a las personas que la integran.
Ser irreverente con la sola finalidad de ser irreverente es algo ilógico. Si una institución es respetada, es porque históricamente ha tenido un buen actuar, por lo que es más probable que mantenga ese proceder, y que sea uno el que se equivoque si desde un inicio se enfrenta con ella en una mala disposición. Sin embargo, tampoco es lógico que las personas que ocupan ciertos cargos estatales vengan con una especie de título al portador como el de esta “Reina”, que indique la dignidad que merecen.
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