domingo, 9 de noviembre de 2008

I.deD.: Al que quiera celeste, que le cueste

Un profesor de la Universidad solía hablar del “Efecto Fisa”, era bastante gráfico.  ¿Se acuerdan de esa feria de la tecnología llamada Fisa?  Él decía que cuando éramos niños e íbamos para allá nos metíamos a todos los stand, aunque fueran de tractores agrícolas para cosechar dátiles en los Emiratos Árabes Unidos, y pedíamos siempre folletos.  ¿Por qué? ¿estábamos interesados?  No, sencillamente porque esos papeles eran “gratis”.  No hay palabra más atrayente que esa.

Y dentro de los choques culturales que me he encontrado en algunos países de Europa, es que he 
visto que cobran por las cosas más increíbles, como las bolsas en los supermercados, los ketchups en los McDonalds, y hasta he visto que piden consignación por los vasos usados en los bares.

Cuando uno ve eso, al principio piensa que eso ya es sacarle mucho el jugo al negocio, pero no es fácil recordar como uno mismo ha botado sachets nuevos de ketchup al basurero (cuando no me los llevo de vuelta a la casa), o que reusa las bolsas del supermercado como bolsas de basura.  

Finalmente las cosas gratis no se aprecian, o si se aprecian por algunos (como yo con las bolsas de basura y los ketchup que me llevo a la casa), hacen que sean todos los demás los que ven 
encarecidos los precios de sus hamburguesas o de sus productos de supermercados para que yo pueda llevarme gratis esas cosas a la casa.

Al que quiera celeste, que le cueste… ahora hasta estoy dándole vueltas a eso que hacen en otros países donde cobran por entrar en algunas iglesias históricas. 

13 comentarios:

SSergioA dijo...

Es completamente cierto, lo gratis siempre termina siendo más caro.
La salud gratis es más cara, la educación gratis es más cara.
Imagina que el agua fuera gratis, nadie compraría la gomita esa para la llave, nadie se molestaría en cerrar la llave.

Saludos.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Lo que planteas es el dilema en cuanto a qué cosas pueden ser gratuitas y cuáles no en cuanto a bienes. Y es complejo.

Pero creo que hay un factor que quizás no consideras y que es importante en esto, el valor o significado que las sociedades dan a ciertos bienes (según educación, idionsicracia, historia, etc), que determinan sus formas de distribución en cuanto a concepciones compartidas acerca de qué y para qué son los bienes.

Por ejemplo, los bosques o parques. En Chile la gente no tiene conciencia del medio ambiente, ensucian, tiran papeles, botellas, pañales, lo que sea, en cualquier lugar, aunque haya un basurero a un metro, etc.

En otro países, las áreas verdes, los bosques incluso, son de libre acceso y flujo, la gente practica deportes, anda en bicicleta por senderos y esos bosques están más limpios en términos comparativos (igual hay gente que bota basura pero en mucha menor medida).

Si te fijas, la diferencia radica no en el bien en sí, sino al valor que cada sujeto le da y que en conjunto como sociedad permite ciertas libertades.

Álvaro P. dijo...

Sergio, es buenísimo tu ejemplo de la gomita para las goteras de las llaves de agua.

Jorge, no veo la relación del tirar o no basura con el dar valor a las cosas.

saludos.
Álvaro P.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Chuta...Por ejemplo, si las personas dan más valor al medioambiente, a la naturaleza, a los espacios públicos o naturales, como un bien colectivo y propio, es probable que sean más conscientes de no botar papeles en esos lugares, y por lo tanto estos puedan ser de libre acceso.

La gente, cuando no tiene conciencia de eso, bota el papel en el metro, en el autobus, en la carretera, en los parques, y entoces agrega un costo de mantención que lo hace entonces no gratuito.

El mejor ejemplo, la tumba de Vicente Huidobro que es de libre acceso. La gente no le da ningún valor a ese lugar por ignorancia, entonces botan basura, rayan, incluso hacen sus necesidades ahí. Entonces, sería mejor cerrarla y cobrar.

Si le dieran valor -y fijate, no monetario- probablemente no sería necesario cerrarla.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Fe de erratas; dice que es de libre

Debe decir, que era de libre...

Álvaro P. dijo...

Ese es el problema Jorge. En este posteo estamos hablando de valor monetario.
Saludos.
Alvaro

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Así es, pero el dilema incluso lo dejas al final del post:
"Ahora hasta estoy dándole vueltas a eso que hacen en otros países donde cobran por entrar en algunas iglesias históricas".

En Estocolmo, para entrar a unas iglesias debías pagar, para entrar el museo del dinero, no. Que ironía.

Marta Salazar dijo...

ja ja! no había pensado en este "choque cultural", se lo comentaré a una amiga espanola aficionada al tema... desde un punto de vista sociológico, claro. Saludos!

Álvaro P. dijo...

Jorge: Efectivamente, en las iglesias históricas de Estocolmo había que pagar (las católicas son todas gratis, quizá porque son relativamente nuevas). Pero todavía no veo el "dilema" (caso en el que hay dos alternativas, y ambas llevan al mismo resultado negativo).

Marta: gracias.

Saludos.
Álvaro

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Te lo explico de otra forma:

Hay bienes que se les asigna un valor monetario por el costo en su producción, por ejemplo bolsas.

Hay bienes que se les asigna valor monetario por la misma falta de valor que les asignan los sujetos: Por ejemplo, un entorno natural, por lo que mantenerlo libre de contaminación genera un costo adicional.

Ejemplo más sencillo: La Cueva de los Pincheira en Chillán.

Antes eran de libre acceso, no se cobraba entrada, eran gratis.
El problema, la gente no valoraba eso, ni el lugar en cuanto atractivo natural, turístico, histórico, etc, entonces estaba sucio.

Esa falta de valor no monetario, derivó en que una fundación, cerrara el acceso y ahora cobre una entrada -asigne un valor monetario- (válida por lo demás, pues se mantiene limpio el lugar, se hacen recreaciones, etc).

El punto es que existen bienes que según el valor -no monetario- que los sujetos le asignan en cada sociedad, éstos pueden ser gratuitos o ser privados.

Álvaro P. dijo...

Ahora entiendo a lo que vas.

Cuqui dijo...

"There's no such thing as a free lunch"... no hay almuerzo gratis, y generalmente lo gratis no lo es.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Cuqui parece que no captó el dilema, pues la cita simplona de Friedman que coloca, tiene relación con bienes a los que se les asigna un valor monetario por el costo en su producción material, pero no creo que ella crea que otro tipo de bienes, igual o más valiosos -como la solidaridad, la fe, incluso el aire- sean privatizables al igual que los primeros.

He ahí el dilema...