Creo que gran parte de las iglesias evangélicas hacen una muy buena labor en muchos lugares, y está bien que eso se reconozca, pero ¿requiere eso que se declare un día feriado? ¿hasta qué punto los legisladores pueden imponerse por sobre la autonomía de los actores sociales? ¿habrá también que fijar feriado el día de las madres, los padres, los carabineros, los bomberos, que también le hacen un bien al país? ¿por qué es feriado San Pedro y San Pablo, y no san José?
Conviene racionalizar los feriados, darse cuenta de que no es algo que se pueda aumentar hasta el infinito. Además, no todos están interesados en los mismos feriados. Un mormón no necesita tener como día libre el de la Virgen del Carmen.
Sería bueno tener un sistema que dé cierta libertad a los chilenos para elegir. Una forma de hacerlo sería hacer una distinción clara entre los días feriados móviles y los fijos. Puede ser que los festivos fijos como 21 de mayo o 25 de diciembre sean inmóviles, pero los demás, a los cuales parece dárseles menos importancia, debieran poder ser usados para elegir entre diversas fechas. Así, por ejemplo, si 18 y 19 de septiembre cayeran en martes y miércoles, los trabajadores de una empresa pudieran pactar usar el feriado correspondiente al día de la raza en día 17. Otra posibilidad sería decir que las personas deben elegir, de entre un número específico de días feriados, aquellos días de entre los propuestos por el Estado, dentro de los cuales podrían estar los actuales feriados móviles.
Algo como esto no se propondría en el Congreso, no sólo porque puede parecer un poco complicado (aunque lo sea menos que cumplir algunas regulaciones estatales), sino porque a los parlamentarios esto no les preocupa mucho, porque no son ellos los que tienen que pagar por estos días de ocio, ni tampoco los que tienen que barajar cómo harán para que calcen los turnos de los trabajadores que se desempeñan en labores que requieren permanentemente a alguien a cargo.