¿No les parece que la condena que antes de ayer dictó la Corte Suprema, de 60 y 61 días de pena REMITIDA para Carlos Cruz y otros dos del MOP por robar 39 millones para la campaña de Lagos, fue un poco ridícula?
Con relación al discurso de hoy (donde no todas las propuestas son destacables): ¿De qué tanto pueden servir, si según el Instituto Libertad este año se cumplió sólo una de cada 5 promesas del 21 de mayo pasado?
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7 comentarios:
La condena es rídicula.
La rendición de cuentas, ´-que es como su nombre lo indica- sobre cosas que se hicieron y no hicieron en el pasado, parece que no se hace una rendición de cuentas, sino al contrario, sobre cosas que se harán al futuro. Por tanto, promesas.
¿Te imaginas a un gerente haciendo promesas a los accionistas en su rendición de cuenta anual?
Ese es un punto importantísimo Javier. Gracias por el aporte.
Saludos,
Álvaro P.
Con el cumplimiento de una de cada cinco promesas les basta para tener el apoyo incondicional de un piso de 30% de chilenos en las encuestas , a quienes no cabría llamar de otra forma que "imbéciles", en su concepción clínica.
La condena, ridícula.
El discurso.... no hay que pedirle peras al olmo.
Lamentablemente la masa no tiene memoria. Al momento de votar se les va a olvidar todo y van a caer con nuevas promesas.
Cristián: Efectivamente, al menos si votaran nulo les mostrarían a los de su partido que no les gusta cómo están haciendo las cosas, especialmente en materia de corrupción.
Cuqui: Es cierto lo que dices. No me explico cómo no les queda ni siquiera el vago recuerdo de lo mal que lo han hecho en el período anterior al de campañas.
Saludos,
Álvaro P.
El poder judicial en Chile es un chiste...si no, no se explican las condenas irrisorias que aplican a los ladrones de la Concertación..., lo mas divertido, es como los chilenos después que nos roban frente a nuestras narices, de que nos castigan diariamente con deficiencias en transporte, salud, educación, etc, nos ahogan en impuestos, los volvemos a premiar en las elecciones...
Saludos,
Coté: Es compleja la psicología del elector chileno.
Saludos,
Álvaro P.
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