miércoles, 13 de febrero de 2008

Dos minutos de silencio

Como ya es costumbre en este blog, hacemos un homenaje a los mártires de Carabineros. Anoche fueron asesinados Carlos Cuevas Golmo y Job Burgos Burgos. Confiemos en que se seque a sus homicidas en la cárcel.

6 comentarios:

Matías Irarrázabal dijo...

que lamentable
pero va seguir sucediendo sino se pone mano dura ala delincuencia de una vez por todas, nuestros carabinero deben tener mayores facultades no puede ser que ocurran estas cosas

las personas cada vez le tiene menos respeto a la autoridad

saludos cordiales

http://asociaciondelbuenescribir.blogspot.com/

Álvaro P. dijo...

Gracias por el comentario Matthew. Esperemos que todos los carabineros asesinados este año hagan que la autoridad se dé cuenta de eso... o por lo menos que se den cuenta los electores.
Saludos,
Álvaro P.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

La mayor crudeza en los últimos hechos delictivos y los altos índices de reincidencia, pueden tener relación con la ambigüedad del marco institucional formal -las leyes y políticas- que se debería encargar de las acciones punitivo-preventivas y de reinserción en torno al delito, y la poca atención a los aspectos informales que operan en su constitución como actividad en el medio libre.
El caso de Miguelito es el mejor ejemplo.

Álvaro P. dijo...

Jorge: Te encuentro razón en que faltan políticas más claras de combate de la delincuencia. También en eso que dices sobre la necesidad de prevenir, ya que no se saca nada si, por ejemplo, los índices de desempleo siguen altos, especialmente en los jóvenes, ya que eso impide que aquellos que están en un "border line" sean incentivados a dedicarse a actividades honestas.
Gracias por el comentario. Saludos,
Álvaro P.

Nery dijo...

es una ppena lo que está pasando..la gente buena encerrada en sus casas que parecen carceles..y los delincuentes libres asesinando ,robando y demases. Creo que algo está muy mal por tanto debería haber alguna reforma que impusiera leyes mas drasticas,castigos mas duros y reales y justos...y devolver a las fuerzas policiales atribuciones que me parecen acertadas como la detención pos sospecha..hay muchos que se merecen unos buenos lumazos y que no salte nadie en su defensa...creo que a nosotros nos hace falta despertar y lanzar un gran !!! YA BASTA!!!! que llegue clarito a todas las autoridades de este país. Pero los chilenos somos muy tranquilitos parece..como ovejitas tranquilas y aceptantes de todo..no nos damos cuenta del poder de los ciudadados comunes y corrientes cuando alzan sus voces y salen a las calles a protestar ( pacificamente claro está)
Una pena para las familias y para todos los chilenos...y ese miguelito al que le hizo falta una buen apaliza a tiermpo, orientación.dirección y límites claros...hay que aplicarle el rigor de la ley..pero tb. a la madre..y me parece, tb. intervenir el entorno social, porque miguelitos hay muchos y padres reales cumpliendo de verdad su rol hay muy pocos. ¿cuàl serà la vía para mejorar esto?..¿instauración de la pena de muerte? mayor dotación y atribuciones de carabiuneros?..mejores polìticos de equidad? mejor educación?..instarurar la responsabilidad penal de los padres?..puchis..no se me ocurre..un tema complejo pero que está llegando a su límite.

Álvaro P. dijo...

Nery:

En realidad son hartas las interrogantes. Creo que, como bien dices, además de endurecer las leyes, hay que procurar darles una alternativa atractiva a los jóvenes para que, aquellos que están en casos fronterizos, pueden decidir ir por el buen camino, por ejemplo, disminuyendo los enormes índices de desempleo juvenil.

No creo que sea necesario castigar a los padres, basta con que no se les trate de quitar por ley sus potestades, como ese proyecto de ley firmado por moros y cristianos, en el cual se impide que los padres castiguen físicamente a sus hijos. Yo creo que a nadie de las personas de nuestra generación, que conocimos los coscachos (incluso en el colegio)y correazos, tenemos algún tipo de duda de que cumplieron su objetivo.

Gracias por el comentario.
Saludos,
Álvaro P.