Juan Pérez, el hijo de “doña Juanita”, nació el 11 de marzo de 1990, día en que llegó la alegría a nuestro país. Ese niño entró al colegio cuando ya había comenzado la gran reforma educacional implementada por Ricardo Lagos en la era Aylwin, por lo que, aunque era pobre, estaba muy esperanzado.
Juanito no es hijo del neoliberlalismo, de aquellos que opinan que el Estado debiera darles vouchers de educación a la gente pobre (esa especie de cheque de restaurant, pero para la educación), para que así puedan pagarle a colegios privados (igual que los ABC1).
En el colegio de Juanito sus profesores le han enseñado de mala gana, ya que como prácticamente no se les puede despedir gracias al Estatuto Docente, no tienen ningún incentivo para hacer las cosas bien, pero a pesar de ello ha aprendido grandes cosas. Le enseñaron a ser inclusivo, a tener responsabilidad democrática... a ser un “actor de la realidad”. Menos mal que no fue a un colegio de los momios, donde le habrían enseñado matemáticas, castellano, esfuerzo, piedad y orden, cuestión propia de esos regímenes jerárquicos que tanto le gustan a la derecha.
A los 14 años Juanito tuvo que dejar el colegio, porque la jornada escolar completa le impidió estudiar y ayudar económicamente a su familia al mismo tiempo (no sirvió de mucho que la Concertación declarara la enseñanza media obligatoria). El problema es que con el tiempo se le fue haciendo difícil encontrar trabajo, especialmente por el alto desempleo entre los jóvenes (causado por la excesiva regulación laboral y el salario mínimo). Así, el ocio, la falta de educación y el ambiente de tolerancia al crimen que reina en nuestro país convirtieron a Juanito en “El caregüeno”, una persona que tuvo incentivos en el sentido equivocado (cada una de sus opciones por el mal fueron aplaudidas por el Gobierno), y al no tener mucho que perder, se convirtió en delincuente (si se hubiese convertido en carabinero podría estar muerto... ya sabemos a quién prefiere la Concerta en el juego del "paco-ladrón").
Actualmente el Caregüeno está libre, ¿será porque fue una víctima de la sociedad? No, sino porque es un hijo de la gran Concerta.
4 comentarios:
El estatuto docente es una de las cosas que más daño le ha hecho a nuestro país. Es como una garantía de que la educación seguirá siendo mala.
Algún día alguien será lo suficienemente inteligente como para eliminarlo?
L.A., toda la razón, es de las cosas que más daño le ha hecho a la educación. En todo caso, no creo que sea un problema de inteligencia el que hace que no lo deroguen (casi cualquier persona normal se da cuenta de lo perverso de ese sistema), sino la falta de voluntad, ya que algunos políticos prefieren que los pobres sigan con una educación mala, antes que aguantar un par de protestas y perder el voto del gremio de los profesores... y también por falta de la derecha, que no reclama lo suficiente contra esta norma.
Agradecido por el comentario.
Bien pan-pan!!!! Cada dia me gusta mas tu blog!!!
Muchas gracias Carol. Siempre tú tan educada.
Saludos,
Álvaro P.
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