Justo antes de la edad del pavo se encuentra la edad de la inocencia. Esta breve etapa que los adultos tratamos de cuidar, ya que refleja lo mejor del ser humano: una ausencia de segundas intenciones y de complicaciones innecesarias (cosas que los “grandes” valoramos, aunque pocas veces tratamos de llevar a cabo).
Sin embargo, no todos piensan así. Hace unos días, vi comentarios positivos frente a la campaña del sida que entregará en los colegios unos folletos donde aparecen homosexuales y travestis a punto de besarse. Incluso hubo quienes consideraban que había que mostrar a los niños desde temprano la existencia de los males que hay en el mundo. ¿Será entonces adecuada esta costumbre que tenemos de cuidar la inocencia infantil? ¿Es ese candor un bien en sí mismo?
En primer lugar, igual como quienes tienen pulmones débiles no pueden estar en ambientes contaminados, existen conciencias en formación, y por eso débiles, a las que les perjudicaría mucho exponerse crudamente al mal. La misma exagerada preocupación que existe por no fumar en casas donde hay niños, debiera existir por cuidar las conciencias infantiles.
En segundo lugar, existe una forma distinta de plantearse la vida cuando alguien se sabe capaz cometer males mayores. Del mismo modo que cuando uno viaja se da cuenta de que su modo de vivir no es el único posible, y que puede adquirir libremente distintas costumbres (si no, no estaríamos comiendo suhi y McDonald’s); la exhibición de diversas clases de mal hace que las personas se planteen la posibilidad de elegir la realización de acciones inicuas, especialmente cuando las personas no tienen el “criterio formado” (y por eso se exige tanto al comienzo de algunas películas).
Por último… ¡SÍ, la inocencia es un bien en sí misma!, ya que el actuar de los niños es un llamado de atención para que los adultos seamos más sencillos, para que no tengamos dobleces ni segundas intenciones en nuestro trato con los demás.
Debemos cuidar las conciencias infantiles, no podemos hacerle caso a personas como el director del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de la OMS, que dice que los programas que recomiendan el uso del preservativo debieran ser impartidos en las escuelas “cuando el niño cumple los 5 ó 6 años” (El Merc. 05/06/07). De lo contrario, como sociedad, estaremos abandonando la edad de la inocencia y entrando de lleno en la edad del pavo.
domingo, 19 de agosto de 2007
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1 comentario:
Toda la razon!!! Muy buen post Alvaro....que ganas de hacerlo llegar directamente al director ese de titulo tan largo.
Saludos desde acaaaa....Carol
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