Hace unos días Monsieur Sarkozy celebró el aniversario de la toma de La Bastilla, hito fundamental de la Revolución Francesa.
También hace unos días fue el aniversario de la muerte de las 16 carmelitas mártires de La Compiègne, guillotinadas el 17 de julio de 1794 por los valientes revolucionarios, después de un justo juicio en que se las declaró culpables de acciones contrarrevolucionarias, como por ejemplo, que después de haber sido expulsadas de su convento y obligadas a separarse, se reunían en conciliábulos donde vestían sus uniformes y obedecían a su superiora. Claramente ellas eran menos libres, menos iguales y menos hermanas.
Este hecho es bastante conocido por su representación en la ópera “Diálogos de Carmelitas”, basada en la novela “La última del cadalso”, pero no fue un hecho aislado. En esta revolución, además de todas las afrentas y vejaciones que sufrieron quienes sólo buscaban libertad de culto, se produjo el primer genocidio de la Época Moderna, el primero realizado en pos de la “tolerancia”, el de La Vendée, donde ciento veinte mil personas de esa región de Francia, principalmente campesina y fuertemente católica, fueron asesinadas después de que un grupo de ellas se levantara para defender la libertad de culto.
Les presento estos sucesos para que recuerden que hay hechos históricos que son voluntariamente olvidados o modificados, y que en la Revolución Francesa no se hace excepción a esta regla. En ella el lema de “Libertad, Igualdad y Fraternidad… o la muerte”, causó graves injusticias… ¡y todo para que el poder fuera tomado finalmente por el Emperador Napoleón!
domingo, 22 de julio de 2007
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