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Si el mensaje que se pintara en las calles hubiera sido algo así como “Estatuto Docente = Está todo Indecente”, o “Los privilegios del profesorado destruyen a nuestra juventud”, quizá nuestros estudiantes se hubieran dado cuenta de que el problema principal de la educación no gira
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Necesitamos que nuestro sector salga a pintar las calles como si todos los días del año estuviéramos en campaña política (manteniendo la decencia, como siempre: cuidando de hacerlo en muros propios, o en los ya rayados, o los de organismos públicos —ya que el Gobierno autoriza tácitamente estas expresiones democráticas—). Si falta gente que lo haga ¿de dónde sale la que pinta muros en períodos de elecciones? Debería existir una preocupación permanente por impregnar el ambiente de mensajes correctos, invirtiendo en pintores de paredes no sólo cuando ello tenga dividendos en un futuro electoral inmediato, sino que también cuando con eso se pueda beneficiar al país de verdad.
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