El libro Freakonomics hace entre sus varios estudios uno sobre los nombres en EE.UU. Entre otras cosas se cuenta el caso real de un padre que quería tener un hijo a quien le fuera bien en la vida, por lo que lo llamó Winner (ganador), y cómo al tener un segundo hijo, quizá estando medio curado, decidió llamarlo Loser (perdedor). Irónicamente fue este último quien fue un ganador en la vida. En ese mismo capítulo se hace también un análisis sobre los nombres más comunes y se llega a la conclusión de que las modas de los nombres vienen dadas por aquellos que en algunos años previos han estado de moda entre las clases más altas. Pienso que lo mismo sucede con aquellos que son figuras públicas y artistas (no olvidemos que muchos niños han sido llamados Maikol o Por en honor a Michael Jackson o Paul
Anca).Es este último fenómeno, el "mirar para arriba", es el que me interesa este posteo.
Seguir el ejemplo del estilo de vida de las figuras públicas y clases altas se da en distintos ámbitos, no sólo en cuanto a los nombres, sino que también en el uso de camisas polo y otras más. Es por eso por lo que existen los arribistas y los siúticos. En cierto sentido a veces las personas miran en ellos un modelo a seguir.
Por eso las clases dirigentes y las figuras públicas tienen la responsabilidad de dar un buen ejemplo. El haber nacido con los talentos con los que llegaron al mundo no les da sólo privilegios.
Estoy
por lo general en contra del paternalismo que viene del Estado, pero no del paternalismo entendido como la responsabilidad que tienen las figuras públicas y las clases dirigentes de dar buen ejemplo y ayudar a los menos favorecidos. En ese sentido me considero paternalista. Por eso me parecen pésimo actitudes como la que vi el otro día donde una joven cuiqueli pidió en una micro de Vitacura que la llevaran gratis. ¿Qué habrán pensado las personas de condición sencilla que iban en la micro? ¿por qué tendrían que pagar si ella andaba gratis?





